El círculo es el renacimiento contínuo de acuerdo a los ciclos naturales. También es la maloka que alberga en sí la analogía del territorio y del universo, en el que cada elemento tiene su espacio y su tiempo. Desde el origen se desencadena un ordenamiento natural que es dado por el aire de la creación y direccionado y comunicado al hombre a través de los tutores espirituales para cada pueblo (Yagé, Coca, Tabaco). Esta palabra es manejada por los sabedores desde el mambeadero ó desde la ceremonia del yagé y se proyecta a su territorio y a su gente. La madre tierra desde sus entrañas es génesis y continuadamente dadora de vida. El territorio es el sustrato físico pero también espiritual para los pueblos indígenas.
En las cuatro espirales que se desencadenan desde un único origen se irradian los cuatro elementos a través de los cuales se refleja en la naturaleza el poder creador: agua, aire, tierra y fuego. Además los cuatro principios que manifiestan el pensamiento del los pueblos indígenas del Putumayo que constituyen fundamento filosófico de la Organización Zonal Indígena del Putumayo: Territorio, Unidad, Cultura y Autonomía.
El carácter multidisciplinario del proyecto, así como el diálogo de saberes que se establece entre los conocimientos tradicionales y las profesiones y herramientas técnicas del mundo occidental, encuentran un espacio de interlocución con fines concretos y con un área de influencia a través del Proyecto Madre Tierra - Conocimiento para la Vida.
